Psicoanálisis... ¿Para qué?

"Se trata de una estudiante de medicina que en un momento dado suspende sus estudios. Luego de haber tenido continuidad y buenos resultados hasta más allá de la mitad de su carrera, se encuentra ahora estancada: tiene uno o dos finales que no logra aprobar. Se encuentra muy afligida por ello, dado que era muy importante para su madre que ella fuese médica. Así las cosas, surge que en realidad, su madre nunca le había pedido que sea médica; ni siquiera le había pedido que estudiase una carrera universitaria. Es en ese momento que adviene un recuerdo de la paciente, de cuando tenía 9 años y su padre había muerto hacía poco tiempo. Se recuerda a sí misma sentada junto a un sillón en el que su madre tejía mientras miraba una serie de médicos que se llamaba Dr. Kildare, protagonizada por Richard Chamberlain. Su madre no se perdía ningún capítulo de la serie de médicos.
En ningún momento había estudiado medicina, no había médicos en la familia, ni le insulfó a su hija esa vocación, y sin embargo la chica estaba hasta ese momento convencida del mandato materno, de lo cual surge una suerte de sobreentendido de la paciente: que existía un mandato de la madre para que ella estudiase medicina. Cuando en realidad su madre quizás mirase la serie porque le gustaba el protagonista, o por cualquier otra cosa. Al trabajar la cuestión del sobreentendido, la muchacha no sólo retoma la carrera (medicina), sino que además, descubre que es su vocación."
El ejemplo aparece en el libro "Psicoanálisis: Escritura de la Falta-en-Ser", de Oscar Lamorgia, y pone sobre el tapete una pregunta que solemos escuchar los psicoanalistas, tanto de gente ajena al ámbito de la psicología, ávida de comprender un poco de qué se trata, como de colegas no psicoanalistas. La pregunta va más o menos por este lado: ¿De qué se trata el psicoanálisis? ¿Qué pasa en un psicoanálisis, para qué sirve? Y bien, intentaré esbozar una respuesta aproximativa.

Ante todo, es importante marcar una diferencia que suele no estar debidamente delimitada, y es que Psicología y Psicoanálisis no son la misma cosa. Es curioso, pero por lo general quienes no están en el ámbito de la psicología creen que un Psicólogo es por fuerza Psicoanalista. Esto no es así. Para no caer en tecnicismos que tomaría meses o quizás años explicar de manera clara y concisa, vamos a decir que si bien el psicoanálisis es practicado por Psicólogos y se enseña en la Facultad de Psicología- al menos dentro de las posibilidades-, se trata de una praxis algo alejada de lo que Psicología es en sí misma como Ciencia. Esto no quiere decir que el Psicoanálisis no tenga sus fundamentos teóricos, sino más bien que estos fundamentos teóricos no son los mismos que los de la Psicología científica. Lo primero y más característico que podemos decir al respecto, para diferenciar ambos métodos (el de La Ciencia y el del Psicoanálisis); es que La Ciencia tiende al conocimiento absoluto, no dejando lugar al bache, a la falla, a la "equivocación". Su base es el racionalismo empírico: es decir que la Ciencia se apoya en la corroboración lógica y objetiva de sus descubrimientos, independientemente de las diferencias subjetivas, de sujeto a sujeto. En este sentido, en Psicoanálisis decimos que la Ciencia deja por fuera al sujeto de la ciencia, para centrarse en su objeto. Dejar por fuera al sujeto quiere decir que a la ciencia no le preocupan- por ejemplo- los deseos que movieron al científico a realizar cierta investigación con el afán de obtener determinados resultados, sino que lo que importa son los resultados y los métodos requeridos para obtenerlos.

En lo que hace al campo específico de la Psicología, encontramos que por lo general las orientaciones netamente científicas basan sus postulados y métodos en estudios estadísticos, que buscan encontrar la regularidad, la repetición o no de ciertos aspectos, para concluir de allí la existencia  o graduación de diferentes características en el individuo. Por ejemplo, existe un escueto y muy utilizado test de 21 ítems con 4 opciones de respuesta cada una que, según este tipo de orientación, definiría si un individuo está más o menos deprimido (se trata del Inventario de Depresión de Beck). Según la respuesta que se escoja, cada item puede obtener un puntaje de 0 a 3. Estos puntajes se suman y del valor total obtenido se derivan los resultados: No depresión (0-9 puntos), Depresión Leve (10-18 puntos), Depresión Moderada (19-29 puntos) y Depresión Severa (30 puntos o más).l

Entonces, lo que quisiera rescatar de este método científico, es su tendencia a la estandarización: al parecer, independientemente del sujeto del cuál se trate y de sus características netamente personales y únicas, una misma respuesta a la misma pregunta, implicaría un mismo resultado, una misma conclusión, para cualquier individuo. Importa entonces el resultado, no el sujeto en juego, que hace el test. En este sentido, el saber sobre la respuesta, el sentido de la respuesta, la tiene el científico que interpreta el test, según una estandarización previa de las respuestas. El Psicólogo entonces tendría un saber previo sobre el padecer del paciente... y no hablo de conocimiento académico, sino de un saber previamente establecido, incluso antes de conocer al paciente, sobre el padecimiento de ese individuo. Este tipo de presupuestos, entre otros, justifican un tipo particular de intervención para este tipo de orientaciones.

¿Y el Psicoanálisis? El Psicoanálisis, la clínica psicoanalítica, tiene una base: esa base es lo que se dice en un Psicoanálisis. Esto quiere decir que el Psicoanálisis se trata de hablar, de hablar mucho. Es decir que en Psicoanálisis no trabajamos con testeos estandarizados, sino que nos abocamos más bien a lo que cada individuo tiene para decir al respecto de lo que le ocurre. Trabajamos con el el único presupuesto de que todo lo que el individuo dice cuando habla está íntimamente relacionado con su ser, y esto será variable de sujeto a sujeto: No es lo mismo que un sujeto diga que está deprimido a que lo diga otro. Esta manera de abordar la clínica, implica una confianza ciega en el sujeto detrás de ese discurso. A diferencia del científico que sabe el significado de una respuesta X a un test, el Psicoanalista- en el caso de que sea Psicoanalista, y no se haga llamar así por pura petulancia- decía que el Psicoanalista trabaja a partir de la creencia en el Inconsciente, creencia que implica un saber por parte del sujeto, a pesar de que este no sepa que lo sabe. Intentaré ser más claro: cuando un paciente dice que está deprimido, no comprendemos rápidamente a lo que se refiere como obviedad, tomando las características del manual de la depresión, sino que esperamos que el paciente sea quien pueda explicarnos y describirnos su depresión, qué es lo que le ocurre, de dónde viene, a dónde va. Y no porque no sepamos qué dice el manual sobre la depresión, sino que no comprendemos rápidamente porque al hacerlo se cristaliza un sentido, un significado de las cosas que impediría continuar desarrollando lo que está detrás del padecimiento ¿Ante una pregunta por blanco o negro, qué otra respuesta se puede dar que no sea blanco o negro? Y resulta ser que muchas veces esa depresión o cualquier otra cuestión que haya movido al individuo a consultar al Psicólogo, si este además es Psicoanalista  e interviene desde ese lugar, dirija al sujeto a un lugar completamente distinto del que inicialmente planteó como motivo de consulta.

Y aquí podemos hacer una primera aproximación al ejemplo que recordé al principio de este artículo: Una muchacha que no puede terminar su carrera universitaria, y esto la aflige dado que según parece es el deseo de su madre que ella sea médica, y ella no está pudiendo cumplir. Podríamos quedarnos allí, y trabajar entonces para que esa muchacha deje una carrera que según comenta no es su deseo (sino que se trata del mandato materno) y deje de sentirse culpable por ello. Pero podemos también revelarnos, e ir más allá: la paciente sigue hablando, y termina por recordar que en realidad su madre nunca le pidió que fuese médica, ni que fuese a la Universidad. Al parecer la creencia de la paciente en el mandato viene de una asociación en relación a su madre viendo una novela de médicos, de la que no se perdía un sólo capítulo.
No sabemos cuáles son las intervenciones concretas del Psicoanalista que nos brinda el ejemplo, pero lo que sí podemos suponer es que de haberse quedado con lo primero que la paciente dijo (que era su madre y no ella quien deseaba que fuese médica), de quedarnos con eso sin indagar más allá, los resultados podrían haber sido otros, como el cambio de carrera, p. ej. Pero nos encontramos con una novedad: Luego de trabajar sobre el tema, la paciente no sólo retoma la carrera, sino que además descubre que es SU vocación. Descubre, no inventa: descubre. Descubrir quiere decir que eso ya estaba allí, pero cubierto, bajo un velo ¿Qué lo cubría? el mandato de la madre, el Deseo de la madre, podríamos decir. Entonces lo que la paciente descubre es que ser médica es SU deseo. Podemos decir entonces que, a pesar de que la paciente seguirá haciendo lo mismo (estudiar medicina), ya no va a ser lo mismo "¿Por qué no va a ser lo mismo, si es la misma carrera?" Me han preguntado detractores del Psicoanálisis cuando en otro espacio comenté el caso. Respondo: Porque no es lo mismo estudiar una carrera porque la madre así lo quiere, que hacerlo porque uno es quien lo desea.

A esta altura hay que aclarar: Este desarrollo no quiere decir que el Psicoanálisis esté por fuera de la Ciencia, sino que el método de abordaje es distinto. De hecho, será gracias a la Ciencia que el Psicoanálisis podrá nacer ¿Cómo? Jacques Lacan señala que, dado que la Ciencia deja por fuera a lo puramente subjetivo, no es casual que Freud haya diseñado un dispositivo nuevo, destinado a alojar a esos sujetos que la Ciencia obviaba, a los que no podía dar respuesta, a pesar de sus corroboraciones pretendidamente objetivas.

¿Para qué sirve el Psicoanálisis? Apoyándonos entonces en el desarrollo del ejemplo que di arriba, podemos decir entonces que el Psicoanálisis tiene por objetivo generar un cambio de posición del sujeto con respecto a su deseo (inconsciente). Esto quiere decir que el sujeto pueda hacerse responsable por su deseo: El deseo del sujeto, aquel deseo que le pertenece profundamente, no está en ningún manual.... como tampoco existe una Guía T del Psicoanalista. Y hacerse responsable no quiere decir "hacerse cargo y sentirse culpable", sino que más bien implica como dije, una transformación de la posición del sujeto.,  aquella que Freud llamaba salto cualitativo. En nuestro ejemplo, al principio, la muchacha se hace cargo de estar estudiando una carrera que aparentemente no es la que ella desea estudiar, y siente culpa y aflicción por no poder seguir adelante, dado que según cree está decepcionando a su madre. Hasta ahí no hay nada nuevo, la paciente sigue siendo víctima de las circunstancias. Es decir que está donde está por su madre, no por ella: esto implica que está sufriendo por no poder cumplir con su madre, todo sería responsabilidad de su madre. En cambio, en el segundo momento, cuando descubre que la medicina es en realidad su vocación, y que estudiarla está en perfecta concordancia con su deseo, se hace sujeto de ese deseo, se apropia de él, se hace responsable de ese deseo: ella es quien desea, y no su madre. A partir de esta nueva posición frente a lo que desea, se hace responsable por su elección, se adueña de su elección.

Parafraseando a Jean-Paul Sartre, podemos decir entonces que Estamos condenados a la libertad. Cuando uno es responsable por sus elecciones, es cuando logra ser finalmente libre... y entonces, descubre también que en la vida no hay garantías.